7 de Febrero de 2014 |
“Un triunfo sobre la mentiraâ€. Abuelas de Plaza de Mayo anunció la restitución de la nieta 101
Informe: Cecilia Camarano / Página12 / La nieta recuperada, cuyo nombre aún no se dio a conocer, es hija de Oscar Rómulo Gutiérrez y Liliana Isabel Acuña, ambos desaparecidos desde 1976. “Queremos conocerte, verte, abrazarte, contarte historias de tus padresâ€, dijo el tÃo de la joven.
A pocas horas de tener los resultados de los exámenes de ADN, la hija biológica de los desaparecidos Oscar Rómulo Gutiérrez y Liliana Isabel Acuña necesita tiempo para dar a conocer su nombre. “Pidió un tiempo mÃnimo, aunque hay en ella una enorme disposición por conocer a su familiaâ€, contó Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. En el primer piso de la sede de Abuelas habÃa una enorme alegrÃa, que contrastaba con el escenario ofrecido a dos cuadras de ahÃ, donde se velaban los restos de los bomberos fallecidos en la tragedia de Barracas. Fueron dedicadas a ellos las primeras palabras de Carlotto: “El paÃs está de duelo y las Abuelas somos parte de este paÃs, asà que rendimos nuestro homenaje y les decimos que la vida continúa; sus compañeros esconden un poco el dolor, que es lo que venimos haciendo las Abuelas desde hace 36 años, pero con la alegrÃa de estar vivas y seguir luchandoâ€.
Acompañada por el secretario de Derechos Humanos, MartÃn Fresneda; el jurista español Baltasar Garzón; Rosa Roisinblit, vicepresidenta de Abuelas, y Rodolfo Gutiérrez, tÃo de la nieta recuperada, junto a otros nietos y familiares de detenidos desaparecidos durante la última dictadura, Carlotto hizo oficial ayer, a las 13, la restitución de la identidad de la nieta número 110. Ella se acercó voluntariamente a Abuelas el 31 de octubre de 2013 a manifestar las dudas sobre su origen. Allà fue recibida por el equipo de Presentación Espontánea, el cual la derivó a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad, para que se le hicieran los exámenes de ADN en el Banco Nacional de Datos Genéticos, el 8 de noviembre pasado.
“Queremos agradecer a todo el pueblo argentino que nos ha acompañado y a la prensa por ayudarnos a difundir algo que todavÃa no está resuelto, que es la identidad de alrededor de 400 nietosâ€, remarcó la presidenta de Abuelas antes de leer el comunicado oficial. Allà se señala que los padres de la joven restituida, Oscar Rómulo Gutiérrez y Liliana Isabel Acuña, militaban en Montoneros y fueron secuestrados el 26 de agosto de 1976, aproximadamente a las 6.30 de la mañana de su vivienda en San Justo. Liliana transitaba su quinto mes de embarazo cuando doce hombres de civil, portando armas largas y bajo amenazas de muerte, la metieron a ella y a su marido en un auto. En el mismo operativo fue secuestrada la hermana de Liliana, Elba Eva Acuña, y también su esposo, Hugo Alberto Sáez.
Oscar Gutiérrez habÃa nacido en La Tablada el 17 de abril de 1951. Sociólogo e hincha de Independiente, se habÃa anotado en Ciencias Económicas a la vez que trabajaba en una empresa metalúrgica. Liliana Acuña habÃa nacido el 30 de mayo de 1952 en la ciudad de Buenos Aires y estudió Veterinaria por unos años para luego pasarse a AgronomÃa. Trabajaba dando clases particulares de matemática. Luego de ser secuestrados de su vivienda, fueron conducidos a la comisarÃa 4ª de San Isidro, conocida bajo el nombre de “Las Barrancasâ€. Cuando ingresaron, ya mostraban señales de haber sido torturados. CompartÃan con otras doce personas el sótano de la comisarÃa. Mientras estuvieron detenidos allÃ, sus familiares pudieron saber que se encontraban con vida, aunque en pésimas condiciones, y que el embarazo de Liliana seguÃa en curso. La información se las brindaba un agente, el mismo que les anunció que Liliana habÃa dado a luz a una nena en San MartÃn, en diciembre del ’76 o enero del ’77. Cuando en la comisarÃa se enteraron del contacto de la familia con el agente, todos los detenidos fueron trasladados y ya no se volvieron a tener noticias de ellos. Desde entonces permanecen desaparecidos.
Aun asÃ, las abuelas de esa nena no cesaron en la búsqueda. Vilma Delinda Sesarego de Gutiérrez, madre de Oscar, fue una de las fundadoras de Abuelas de Plaza de Mayo. Sus compañeras la recuerdan como “muy lúcida y suspicaz, dicen que era difÃcil engañarla con datos o denuncias falsasâ€, afirmó Carlotto. Su marido, el médico boliviano Oscar Rómulo Gutiérrez, llegó incluso a entrevistarse con el dictador Jorge Rafael Videla en Bolivia. Rosa González, madre de Liliana, se unió a Vilma en la búsqueda de sus hijos y su nieta. Lamentablemente, ambas fallecieron antes de poder reencontrarse con ella.
La familia con la que se crió le contó a la nieta número 110 que ella habÃa sido entregada por miembros de la PolicÃa Federal, quienes aseguraban haberla encontrado abandonada en la Ruta 2, en Florencio Varela. “A pesar del tiempo transcurrido y las huellas que quisieron borrar, la verdad triunfa sobre la mentiraâ€, dijo Carlotto.
Antes de cerrar la conferencia, la presidenta de Abuelas le pasó el micrófono a Fresneda. “Este compromiso que tiene el Estado argentino es el compromiso de la lucha de organismos de derechos humanos, que hoy se han cristalizado en un Estado presente y en un Estado absolutamente dispuesto a realizar las polÃticas necesarias para recuperar hasta el último de nuestros nietosâ€, dijo el secretario de Derechos Humanos. A su turno, Baltasar Garzón afirmó que la recuperación de la nieta 110 es “ver que el trabajo tiene su recompensa ante la irracionalidad de quienes todavÃa siguen impidiendo que esa identidad se recupereâ€. Denunció que en España “los pasos se están dando a la inversaâ€, y llamó la atención a que en su paÃs “se ablanden las conciencias de quienes tienen la responsabilidad de dar justicia y reparaciónâ€.
Casi al final habló Rodolfo Gutiérrez, quien emocionado se dirigió a su sobrina: “Queremos conocerte, verte, abrazarte, contarte historias de tus padres. Es una lucha de casi 37 años, una lucha de mis padres, de tu abuela Vilma, de todas las Abuelas, a las que quiero agradecer, como también al Gobierno, que desde hace diez años se dedica a tener polÃticas públicas para que puedan ocurrir acontecimientos fabulosos como éste, que no es un hecho individual sino un hecho social, porque una sociedad mejora cuando empieza a conocerse la verdadâ€, dijo y destacó el gesto de su sobrina de acercarse por su propia voluntad a las Abuelas.
“Encontramos un papelito en el archivo de los primeros tiempos donde decÃa ‘la abuela tiene un lunar acá y la mamá también, entonces si era una nena ella lo debe tener’, claro, eso era cuando no tenÃamos el ADNâ€, se sonrió Estela de Carlotto. En la misma lÃnea, Roisinblit agregó que “37 años atrás no sabÃamos si nuestros nietos habÃan nacido, no sabÃamos el sexo, nada, y no habÃa ningún texto donde aprender todo esoâ€, remarcó con su nieto recuperado, Guillermo, parado detrás de ella.
Hacia el cierre, Carlotto invitó a todos los jóvenes que tengan dudas sobre su identidad a que “se animen a confrontarse con su historia: les ofrecemos certezas, respeto a sus necesidades, les repetimos que no están solos, que los espera la libertadâ€.